Ante la crisis económica, los argentinos se preparan para lo peor

13:44 | En los últimos meses cayeron las ventas de autos, el consumo en centros comerciales, las visitas a restaurantes y los gastos con tarjetas de crédito


Buenos Aires (Reuters).- Con varias crisis sobre sus espaldas y ante las perspectivas de que la recesión mundial sacuda al país, los argentinos tomaron una decisión: terminar con la fiesta de consumo que empezó hace unos seis años.


En los últimos meses cayeron las ventas de automóviles, el consumo en centros de compras, las visitas a restaurantes y los gastos con tarjetas de crédito.


"Estamos comprando solo lo necesario hasta ver qué pasa el año que viene. No estamos comprando mucha ropa, salimos menos a comer. Hay gastos fijos que hay que afrontar, pero en el resto estamos intentando ser muy austeros", dijo Verónica Festian, empleada de una firma de turismo.


Además, la crisis mundial y la incertidumbre respecto de la política local llevaron a muchos argentinos a retirar su dinero de los bancos, ante el temor de que se repita lo que aconteció durante la última debacle económica, cuando el Gobierno bloqueó los fondos de los ahorristas en las entidades financieras.


CONSUMIDORES, CON CAUTELA
Pero los argentinos no sólo dejaron de comprar por temor. La virtual desaparición del crédito en el país afectó la venta de electrodomésticos, de automóviles y viviendas.


Las ventas de automóviles cayeron un 14,9% interanual en noviembre, su mayor retroceso desde abril del 2003.


El volumen de ventas en centros de compras se desaceleró en octubre, al crecer un 8,5% interanual cuando desde febrero del 2007 venían mostrando incrementos de dos dígitos.


El sector de la construcción, que venía creciendo con fuerza en los últimos años, está estancado y también se desaceleró la actividad industrial.


Los restaurantes y los cines, que extrañan las largas filas de los últimos años, lanzaron promociones con enormes descuentos para atraer a sus clientes.


"Como en todo el mundo el consumo está bajando. Que se hayan cerrado 300 restaurantes y bares en la ciudad de Buenos Aires en octubre, es un dato muy concreto", dijo el analista Rosendo Fraga, de la consultora Nueva Mayoría.


Además, se esperan menos turistas para los próximos meses, un sector que permitió a muchos comercios sobrevivir a la peor crisis económica que sufrió el país hace apenas siete años, cuando los argentinos prácticamente desaparecieron de los centros de compras.


Desde entonces, la economía despegó y creció a tasas superiores al 8,5% entre el 2003 y el 2007, pero los analistas esperan una expansión menor para este año y una fuerte desaceleración o hasta una recesión para 2009.


En las últimas semanas, algunas empresas comenzaron a despedir a sus empleados, especialmente del sector automotriz y de los frigoríficos, que sufrieron directamente el impacto de la crisis ante la caída de las exportaciones, otro de los pilares del auge económico.


RECURSOS
Pero reaccionar con rapidez ante los problemas no es ajeno a un país que pasó el último siglo entre devaluaciones, incautaciones de fondos y monumentales planes económicos.


Muchas firmas están usando todos sus recursos para alentar las ventas. En un intento desesperado por seducir a los compradores, algunos comercios, especialmente de indumentaria y electrodomésticos, bajan sus precios y ofrecen cuotas.


Los diarios publican enormes avisos ofreciendo descuentos en supermercados y centros de compras y en muchos locales de ropa se anticiparon las liquidaciones de verano.


"Entre los empresarios se ve, por un lado cierta cautela, pero por otro lado, una reacción muy positiva y rápida", dijo Eduardo D'Alessio, director de la consultora D'Alessio Irol.


"Hay empresas que están aprovechando esta situación para ganar mercados. Rápidamente han sacado presentaciones más chicas, se están lanzando al interior del país donde las grandes por ahorro no están llegando", agregó.


El Gobierno tampoco se quedó de brazos cruzados: la presidenta Cristina Fernández lanzó planes para estimular el turismo, la compra de automóviles y electrodomésticos, así como un proyecto para reducir el impuesto que pagan trabajadores con sueldos altos, entre otras medidas para estimular el consumo.


Muchos consideran que la vasta experiencia en crisis les da a los argentinos una ventaja sobre otros países acostumbrados a la estabilidad, pero el psicoanalista José Abadi no concuerda.


"Puede llegar a haber la fantasía en algunos grupos de que estamos como capacitados, entrenados para soportar y eso va a permitir que nos afecte menos. Eso es pensamiento mágico, que lo hay en Argentina, sin duda", dijo.


Para el analista, las perspectivas negativas pueden acelerar las crisis o hasta provocarlas: "La expectativa catastrófica no ayuda, al contrario, crea clima de incertidumbre y de ansiedad que hace difícil la cotidianidad. Son ansiedades muchas veces estériles", añadió.